viernes, abril 03, 2009

Experiencia Francis Bacon o la sed natural de destrucción

¿Por qué nos fascina lo que nos repugna o nos repele? esa fue la pregunta que me formulé antes de entrar en la exposición de Francis Bacon.

Desde sus primeros cuadros en los que se ayuda de colores oscuros, texturas y trazos tremendamente precisos pero a la vez vigorosos y rápidos que dibujan o desdibujan en función de su particular visión de la realidad. Bacon nos cautiva con sus figuras que no muestran la realidad visible sino que nos adentran hacia una vivencialización más profunda.

En algunas de sus obras se reconoce eso que Sade llamaba "mi manera de pensar" y que generalmente se ha denominado "perversión sexual" o, sencillamente, "sadismo". El sadismo o "erotización del dolor provocado", según rezan los manuales de psiquiatría, es sin embargo mucho más que una enfermedad o un síntoma enfermizo: ¿tal vez sea una manera de entender la vida?. La fijación baconiana por las bocas agónicas, los cuerpos retorciendose, deformados y desfigurados nos introducen en su sombrio mundo, haciendonos participes de ese placer indescriptible de contemplación del dolor. Y sin tomar una decisión consciente nos vemos abocados al disfrute estético de lo perverso materializado en pintura.

La afirmación de la libertad absoluta de los individuos y las consecuencias que conlleva esta decisión, la revuelta contra Dios, la desesperación, el sinsentido de la muerte, la soledad y la pasión por romper límites son conceptos que encontramos en la obra baconiana y que a su vez también son el transfondo de la literatura de Sade.

Bacon reflejaba en sus obras la extensión del mal y de la violencia (que algunos pretenden domesticar en vano bajo forma de justicia) como elemento fundador de toda cosa viva. Mostrar un cuerpo despojado de ropa - como elemento civilizador- ya es un acto de violencia, violencia contra la racionalidad puritana, violencia al presentarnos crudamente la animalidad que exhala la carne. Mostrar un cuerpo desnudo retorciendose, jugando con los trazos para que nuestra imaginación vea sangre e incluso vísceras és un acto de rebelación contra el concepto clásico de belleza para acercarse a un arte que nos coloca en el abismo de lo sublime. Y ante este abismo con la seguridad de espectador que no se va a desplomar Bacon nos seduce y embruja repugnandonos al mismo tiempo.

A Sade ni siquiera le importa el deseo; lo único que le preocupa es el placer. El deseo sería todavía un concepto demasiado teológico, por transcendente, y lo que él pretende es, estrictamente, hacer imposible cualquier retorno a la idea de Dios. El sistema de la agresión constituye así la regla de las relaciones sociales. Lo libertino (lo sádico) es, precisamente, no lamentarlo, sino gozar en la destrucción. Es lo que Hugues Jallon llama la "sed natural de la destrucción" (el sentirse extraño a toda piedad) lo que constituye la prueba suprema del libertinaje.

9 comentarios:

luis dijo...

Agudo comentario. En efecto, las bocas agónicas y dentadas en muchas pinturas de Bacon recuerdan a Freud cuando define a la fase oral como la etapa sádica en el desarrollo sexual del ser humano. La admiración de Bacon por un film como "Peeping Tom" de Michael Powell no es casual: el protagonista de esa película es un cineasta asesino que aspira a captar el miedo de sus víctimas instantes antes de morir. Comparte, así, con algunos cuadros de Bacon y sus espectadores "ese placer indescriptible de la contemplación del dolor" (para emplear las palabras de la autora del post). Bacon, como gran artista, nos confronta con nuestros abismos, con la realidad negada, con lo que se quisiera sepultado pero que irremediablemente emerge.

- dijo...

primero:muy interesante post.


Por qué nos fascina lo que nos repugna....: esta en nosotros. esas bocas agonicas¿quien no las ha experimentado en sus carnes?

Sade estaba jarto. a Bacon lo veo mas humano.





*la imagen de Bacon del papa gritando la descubri por 1ª vez hace poco. nuevamente me la encuentro..

Sintagma in Blue dijo...

Es tan complejo el mundo de Bacon y tan vano el intento nuestro de racionalizarlo todo...

Erotismo dijo...

a mi me trastorna Bacon... no hay otro autor que consiga "moverme" tanto por dentro. Aún no sé si me gusta realmente o no, simplemente me sacude cada fibra del cuerpo. En la expo. de Madrid, necesité varias horas para recuperarme.

Un genio, eso seguro

Basquiat dijo...

conceptos que pienso sólo deben ser explotados en todos sus extremos por el arte.

Anónimo dijo...

Esto creo que te va a gustar:

http://www.filmin.es/noticia_53956_isabella_rossellini_estrella_del_porno_verde.html

pau dijo...

Supongo que el disfrute de la creación de dolor debe ser una deformación. A mi siempre me ha costado entenderlo, incluso cuando me lo pedían. Disfrutar torturando es... no tengo palabras; pero con el tiempo llega a ser satisfactorio y excitante en cuanto ves disfrutar a la persona que deseas.

Como siempre: un magnífico blog.

Un abrazo.

Madame X dijo...

Me perdí esta exposición, muy a pesar mío. Pero a través de tu lúcido y excelente acercamiento a su obra, he podido estar más cerca de este genial artista que tanto me fascina. Merci.

Un abrazo.

BELMAR dijo...

muy interesante,
aguda mirada...

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